Soft Skills para estudiantes de FP ante el Covid-19

Soft Skills para estudiantes de FP ante el Covid-19

La tremenda pandemia global del COVID-19 nos ha situados a todos ante un nuevo escenario del cual tenemos que intentar no caer en la dejadez y continuar, siempre que las circunstancias nos los permitan,  trabajando en el desarrollo de nuestro futuro profesional.

Desde hace unos años estoy utilizando en mis clases bilingües de Formación Profesional un material práctico en inglés que trabaja algunas Soft Skills. Está basado en el famoso libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” de Stephen Covey, utilizado por empresas en los Estados Unidos para mejorar las habilidades blandas de sus trabajadores.  Estos siete hábitos se pueden adaptar a diferentes ámbitos y edades, en mi caso lo he adaptado a los objetivos de los estudiantes de Formación Profesional.

En este post voy a intentar adaptar nuevamente estos hábitos, pero en este caso, a la situación actual que estamos viviendo con el confinamiento. Los tres primeros hábitos están relacionados con nosotros mismos, los tres siguientes con nuestra relación con los demás, y el último mantiene el equilibrio de todos. Comencemos entonces.


Hábito 1: Sé Proactivo.
Cuando hablamos de proactividad, lo primero que se nos viene a la cabeza es la palabra iniciativa. En la actual sociedad digital, los puestos de trabajo son muy cambiantes y requieren constantemente de nuevas ideas que generen oportunidades de negocio. La iniciativa de nuestros estudiantes es uno de los aspectos más valorados por las empresas.

¿Cómo podemos ser más proactivos en un momento como el actual? Podemos empezar por hacer una lista de posibles aprendizajes que nos apasionen y que no habíamos afrontado hasta el momento por falta de tiempo. Lo siguiente será organizarnos bien el tiempo y dedicarnos cada día a hacer realidad esta iniciativa de aprendizaje.

Igualmente podemos intentar llevar a cabo iniciativas solidarias que ayuden a nuestra comunidad y a nuestros mayores.  Hay que estar informados y conectados con nuestra comunidad, pero igualmente hay que dosificar la información y evitar estar sobreinformado, ya que las noticias son muy trágicas y tristes, y nos pueden conducir al pesimismo.

Por último, tienes que tener muy claro que una persona proactiva es aquella que se siente responsable de sí misma y de sus actos. Pero no confundamos, dejar de ser dependiente, no significa ser totalmente independiente. El estado ideal es la interdependencia. Los humanos nos necesitamos los unos a los otros.

 

Hábito 2: Empieza con un fin en la mente

La visualización es una práctica muy utilizada en muchos ámbitos. Los deportistas profesionales la utilizan antes de una competición, les sirve para tener más claro las estrategias y poder dosificar mejor la energía. En el caso de los estudiantes de FP es muy útil igualmente visualizar correctamente cuál será nuestra profesión, nos ayudará a tener más claros nuestros objetivos, a saber en todo momento cuánto nos queda por llegar hasta la línea de meta.

Una de las tácticas para no perder este camino a meta es relacionar e identificar de forma global cada módulo profesional con el perfil profesional que queremos alcanzar, y así evitar ver asignaturas independientes que solo nos sirven para obtener el título.

Tener en mente el Currículum Vitae deseado es esencial para alcanzar estos propósitos. No lo dudes, abre un documento de texto, y escribe el currículum que te gustaría lograr. Márcate objetivos realistas y no indiques hitos inalcanzables.  Un Currículum Vitae es nuestra carta de presentación, tenemos que incluir todo lo que nos dé valor y, en consecuencia dará valor a la empresa que se interese por vosotros.

 

Hábito 3: Gestiona el tiempo
Cuando mencionamos la gestión del tiempo, no queremos decir que tengamos que estar todo el día trabajando y concentrados. Con una buena organización del tiempo podemos ser más productivos en un par de horas que en un día entero.  La propuesta de este hábito es identificar las acciones diarias en los siguientes cuatro cuadrantes:

URGENTE NO URGENTE
IMPORTANTE Cuadrante 1 Cuadrante 2
NO IMPORTANTE Cuadrante 3 Cuadrante 4

Es fácil pensar en ejemplos para cada uno de los cuatro cuadrantes. Por ejemplo en el cuadrante 1: problemas de salud, ayudar a alguien que lo necesita, comer. Son acciones inevitables que hay que hacer sí o sí. En el cuadrante 2:  aprendizaje, actividad física, planificación. Son actividades, que podemos mover en el tiempo, pero que una vez comenzadas requieren estar dedicadas a ellas sin interrupción. Cuadrante 3: contestar a una llamada de teléfono, contestar de inmediato a un whatsapp. Son acciones que normalmente nos interrumpen de lo que estamos haciendo en ese momento, pero que no son realmente importantes. Cuadrante 4: videojuegos, youtube, series. Normalmente las relacionadas con nuestro ocio y tiempo de relax.

Se recomienda centrar todos nuestros esfuerzos en priorizar y conseguir situarnos en el Cuadrante 2 durante varias horas al día. Hay que priorizar lo importante ante lo urgente y evitar interrupciones y distracciones. De los demás cuadrantes, no os preocupéis, que sin esfuerzo alguno ocuparán el resto del tiempo.


Hábito 4: Ganar – Ganar

En estos días de confinamiento, uno de los grandes retos está siendo la convivencia diaria.  Para ello, el primer consejo es evitar los conflictos absurdos, y ello se puede conseguir con una buena comunicación. Esto se puede aplicar tanto en casa como en las redes sociales, evitando los juicios de valor.

Cuando hablamos de ganar-ganar, en inglés el conocido término win-win, supone que en la medida de lo posible intentemos enfocar algunas de las actividades que hagamos día a día para beneficiar también a los demás miembros de tu familia, amigos y compañeros de clase.  Si conseguimos algún logro por muy poco que parezca, compártelo, para que ellos también puedan beneficiarse.
Igualmente, nuestra reacción ante los éxitos de los demás tiene que ser de alegría y no caer nunca en la envidia.

 

Hábito 5. Primero Escucha
Uno de los grandes errores que se cometen en nuestra sociedad es no escuchar. En muchas ocasiones, ofrecemos directamente un argumento y damos por hecho que ya sabemos lo que el otro piensa. La empatía es una de las grandes habilidades humanas, que nos ayuda a comprender a las personas. La escucha activa es la base para poder trabajar la empatía hacia los demás.

Sin darnos cuenta, cuanto más empatía desarrollamos, más aprendemos de los demás. Y más capaces seremos de presentar nuestras ideas tanto desde el punto de vista del otro como del nuestro. Además, nos va a permitir recibir y dar comentarios con mucha más utilidad. Si partimos desde la escucha y la empatía, el canal de comunicación que se abre es mucho más interesante. Aplica esto en las conversaciones que tengas a partir de ahora tanto dentro como fuera de casa .

 

Hábito 6: Sinergia
Gracias a las herramientas colaborativas que tenemos a nuestro alcance, puede ser un gran momento para comenzar algún proyecto entre varios compañeros, en el que os tengáis que repartir las tareas según vuestras inquietudes y habilidades. Si no tienes ninguna idea o proyecto pensado, busca plataformas sobre tus gustos y aficiones y seguro que encuentras ideas de colaboraciones online, que quién sabe si podrán desembocar en algún proyecto interesante.

Otra buena acción para aportar tus conocimientos a los demás es participar en foros de debate sobre la temática que más nos interese de nuestra profesión. Se aprender así mucho de otros puntos de vista. Para conseguir más contactos relacionados con tu profesión, activa y mejora tus perfiles profesionales en Linkedin y Twitter.

 

Hábito 7: Hábitos saludables

El título original de este hábito es “Afilar la Sierra”. Significa que tenemos que afilar cada día nuestra herramienta, que somos nosotros, para que pueda utilizarse con la mayor precisión y eficacia en nuestro quehacer diario.
Cuando hablamos de cuidarnos día a día como herramienta que somos, hay que tener en cuenta cuatro aspectos fundamentales: Cuerpo, Mente, Corazón y Espiritualidad.

Cuerpo: Todo lo relacionado con nuestra salud física, que implica deporte, alimentación, horas de sueño. En el confinamiento es aún más complicado lograrlo, ya que es un estado de sedentarismo puro y con riesgo de no hacer una dieta equilibrada. Merece la pena hacer un pequeño esfuerzo añadiendo algunas rutinas de ejercicios, no excedernos en calorías y tener buenos hábitos de sueño.

Mente: Mens sana in corpore sana. Hay que mantener activa la mente con actividades que fomenten nuestro intelecto y concentración, por ejemplo, jugar al ajedrez, leer, escribir, tocar un instrumento.

Corazón: No podemos olvidarnos de nuestros familiares y amigos, y sobre todo de los más vulnerables, que son nuestros mayores. Llamándolos más que de costumbre, y ayudándolos en todo lo que necesiten.

Espiritualidad: Dedica cada día al menos un breve espacio de tiempo a reflexionar contigo mismo, si puedes meditar, mucho mejor. Y también dedica todos los días un pequeño espacio a escuchar música que nos inspire emocionalmente y nos relaje.

Para finalizar, os animo a todos a practicar cada día estos siete hábitos. Sé que son momentos difíciles que desbordan nuestras emociones y capacidades, veamos esta situación como un gran reto, todo pasará y volveremos a nuestro día a día con un nuevo aprendizaje que nos hará más fuertes.

Sergio Banderas Moreno
Profesor FP Informática
IES Campanillas (Parque Tecnológico de Andalucía, Málaga)
   

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